Qué: Empoderar a nuestros jóvenes para que ellos mismos trabajen por alcanzar el mayor nivel de autonomía y autodeterminación posible, dotándolos de capacidades y habilidades personales y sociales mediante el fomento de sus capacidades adaptativas y la creación de redes de apoyos personalizados para que cada individuo pueda “diseñar” su propio itinerario de vida.
Porqué: por garantizar la mayor calidad de vida posible en cada uno de ellos. La normalización de la vida de cualquier persona con discapacidad exige mejorar su CALIDAD DE VIDA, lo que implica trabajar dos factores fundamentales: la autonomía, y la autodeterminación, entendiendo ésta como la capacidad para actuar como el principal agente causal de la propia vida y realizar elecciones y tomar decisiones relativas a uno mismo, libre de influencias o interferencias externas indebidas (Wehmeyer, 1996). Para facilitar su toma de decisiones en cualquier ámbito vital, es igualmente primordial el desarrollo de la responsabilidad y madurez personal como pilares del adecuado y saludable crecimiento personal del ser humano.
Con quién: 12 jóvenes con discapacidad Intelectual con edades entre 18 y 30 años, que estén viviendo la transición a la etapa adulta.
Cómo: con base en el marco teórico-práctico que enmarcan las líneas de actuación y metodologías de intervención: el enfoque sistémico (considerando al individuo dentro de un sistema indivisible); nacemos y nos desarrollamos dentro de un contexto, siendo el primer contexto de desarrollo, el núcleo familiar que supone el primer, fundamental contexto de desarrollo y de socialización de cualquier individuo, y en el caso de las personas con discapacidad con más importancia ya que es en este primer contexto donde en función de la actitud, conciencia y concepto de discapacidad, calidad de vida, autonomía y determinación, se va a educar poniendo el foco en los déficits, o centrándose en las posibilidades, por lo tanto, no entendemos la intervención para con la persona con discapacidad sin que vaya de la mano de la intervención para con LA FAMILIA, y el modelo de apoyos: siguiendo a Verdugo (2003), la discapacidad intelectual es un estado de funcionamiento que incluye los contextos en los cuales personas se mueven e interactúan. Este nuevo enfoque multidimensional no sólo contempla las características personales de la discapacidad si no cómo se relaciona dicha persona en los diferentes ambientes en los que se desarrolla y vive, y en este sentido, juegan un papel fundamental las oportunidades y apoyos que se brindan a las personas para su óptimo funcionamiento individual en todos los contextos sociales, y así conseguir una real y plena inclusión en la sociedad.
Fundación ASPANIDO
La Fundación Aspanido tiene como misión poner al alcance de las personas con Discapacidad Intelectual, los medios y recursos pertinentes, orientados hacia el máximo desarrollo de sus capacidades de autonomía e independencia, de modo que mejore su calidad de vida y la de sus familias. En este sentido, la entidad apuesta por la plena integración e inclusión en todos los ámbitos de la vida (familiar, social, escolar, laboral…) y por el uso de los recursos que la comunidad ofrece en situación de igualdad a cualquier otro ciudadano. Para llevar a cabo la misión y objetivos definidos, la entidad parte, entre otras, de las siguientes premisas: Velar por el cumplimiento de la Convención de los Derechos de las personas con discapacidad. Nuevo concepto de discapacidad intelectual: asumiendo la conceptualización de Verdugo (2006).- En consecuencia y coherencia, el marco teórico-práctico que enmarcan las líneas de actuación y metodologías de intervención son: el enfoque sistémico.
https://www.downjerezaspanido.org