De lo individual a lo colectivo: contra la soledad y la exclusión

La soledad es una compañera conocida por las personas con discapacidad intelectual. Durante su infancia y adolescencia, muchos chicos y chicas con discapacidad sufren situaciones de bullying, exclusión, acoso offline y online, malentendidos en las relaciones personales y aislamiento.

Esta ausencia de relaciones significativas se ha visto agravada además con el confinamiento y la situación de alerta sanitaria, periodo en el que se han interrumpido sus rutinas haciendo desaparecer las escasas relaciones personales que mantenían.

La exclusión social y la soledad son uno de los grandes problemas del colectivo, situaciones que pueden derivar en enfermedades de salud mental, estados depresivos, baja autoestima y problemas relacionales. Los sentimientos prolongados de soledad y de aislamiento social pueden, además, reducir las destrezas cognitivas, como la concentración, toma de decisiones, solución de problemas e incluso la capacidad de cambiar los pensamientos negativos; lo que puede conducir a la depresión.

Las personas con discapacidad intelectual necesitan apoyos profesionales y grupos de referencia para acompañar su desarrollo personal y emocional. Desde el proyecto ‘De lo individual a lo colectivo: contra la soledad y la exclusión’, generamos espacios de encuentro entre iguales en función del ciclo vital y creamos redes de apoyo que sostienen ese crecimiento personal. En grupo, los participantes entrenan el desarrollo de su autonomía personal y adquieren las habilidades necesarias para fomentar la socialización y el desarrollo de relaciones interpersonales duraderas y sanas.

Entre los contenidos que se abordan, encontramos:

– Expresión, comunicación y escucha activa.
– Habilidades sociales: conocer a las demás personas y entender cómo se sienten.
– Entrenamiento de las habilidades básicas de interacción social.
– Toma de decisiones.
– Resolución de conflictos.
– Fortalecer estrategias para el autoconocimiento, la autorregulación y la empatía.
– Cohesión grupal.
– Autoconcepto y autoestima.
– Identificación de emociones.
– Derechos y autodeterminación.
– Uso de redes sociales y whatsApp.
– Prevención de violencia de género.
– Sexualidad y relaciones.
– Género y diversidad sexual.
– Conceptos básicos de igualdad, consentimiento, relaciones sanas, aprender a expresar lo que nos gusta y queremos.
– Identificación de situaciones de abuso y/o maltrato sexual y psicológico.
– Estimulación cognitiva a través de juegos de estrategia y/o cooperativos.
– Desarrollo de habilidades de expresión corporal y teatro.
– Ejercicios de motricidad gruesa y fina: coordinar gestos y realizar saltos, giros, desplazamientos, lanzamientos, recepciones o golpeos de forma espontánea.
– Ejercicios de atención alternante, atención sostenida, memoria de trabajo, memoria a corto plazo, análisis de información.

Los ciclos vitales desde los que se forman los grupos son:

∙ Infancia: de los 8 a los 12 años.
∙ Preadolescencia: de los 13 a los 15 años.
∙ Adolescencia: de los 16 a los 23 años.
∙ Juventud: de los 24 a los 30 años.
∙ Adultez: de los 30 a los 35 años.
∙ Mayores: de los 36 a los 45 años.
∙ Veteranos: de los 46 años en adelante.

El proyecto trabaja con la metodología de la Planificación Centrada en la Persona (PCP), cuya filosofía se fundamenta en la toma de decisiones de la propia persona con discapacidad intelectual ligera e inteligencia límite. La metodología parte de la premisa de que todas las personas tenemos diferentes intereses, necesidades y sueños; por ello, los servicios deben adaptarse a la persona y no al revés.

Así, se elabora un plan de apoyo individualizado donde están integrados el concepto de calidad de vida y las necesidades de apoyo que cada persona necesita para determinadas actividades. Hay ocho dimensiones centrales que constituyen una vida de calidad: bienestar material, bienestar físico, bienestar emocional, desarrollo personal, relaciones interpersonales, autodeterminación, inclusión social y derechos.


Asociación para la Atención a Personas con Discapacidad Intelectual Ligera o Inteligencia Límite – ADISLI

Adisli es una asociación sin ánimo de lucro declarada de utilidad pública y certificada con el Sello Madrid Excelente por la Comunidad de Madrid y con el Sello ONG Acreditada de Fundación Lealtad. Este año cumple 25 años de trayectoria trabajando para mejorar la calidad de vida de las personas con inteligencia límite o discapacidad intelectual ligera y sus familias.
Para cumplir su misión, la asociación ofrece apoyos y oportunidades para que las personas con discapacidad intelectual puedan desarrollar sus proyectos de vida, acompañados por su familia y su red de apoyos. A su vez, Adisli trabaja para promover que la sociedad en la que convivimos sea una sociedad inclusiva que reconozca el valor de la diversidad y el ejercicio de una ciudadanía de pleno derecho para todas las personas.
En la actualidad la asociación atiende a más de 270 familias.

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